esta es mi vida en bogotá, la ciudad de siempre

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sábado, 6 de noviembre de 2010

el mismo premio



Las últimas semanas me la he pasado trabajando en un proyecto para la Bienal de Venecia de bogotá sobre los discursos íntimos de las quinceañeras. Fue un trabajo largo, trabajé con sus frases, hice graffitis en las calles, por primera vez, en letra cursiva. El que se enamora pierde. qué niña no quiere? ya lo hice y eso duele. También hice un video que titulé “deseo en venecia”: http://www.youtube.com/watch?v=wJsaQ3wPwrI . Fue un proceso muy interesante para mí como artista, hacer obras en contexto e ir improvisando todo el tiempo. Me sorprendí de lo que hice y hasta en un momento creí no solo que podría ganarme la bienal sino que debería ganármela, igual todos los artistas pensamos eso, pero sentí que lo que había hecho era valioso y que merecía algún reconocimiento. No sucedió de ninguna forma. El día de la premiación una jurado, antes de dar el fallo, describió algunos aciertos de los ganadores y dijo cosas muy relacionadas con mi proyecto, yo pensé “me lo gané” pero leyeron los nombres de otros artistas. Salí como achantado sintiendo que no solo no gané sino que a nadie le había importado lo que había hecho. Me fui caminando a casa y sentí que estos meses en Bogotá, luego de exponer tanto, de mostrar mi trabajo, de hacer la fiesta, y de conocer tanta gente, me quedaba tan poco… que no había logrado ningún reconocimiento, que pocas cosas habían cambiado en la ciudad de siempre, además que mi mala racha con los hombres persistía ridículamente. Esa noche le grité a la vida entre irónico y rabón. Es suficiente de Bogotá, eso lo sé, pero no puedo irme todavía. La ciudad fue diferente, sí, pasaron tantas cosas, pero es como si quisiera retomar su forma de nuevo, creo también que mi actitud de buscar y buscar se fue calmando y acomodando en lo ya conocido. No sé qué pensar sobre la ciudad porque varios procesos que comenzaron quedaron ahí inmóviles, y de repente me vi solo sin sentir que lo que había hecho dio algún fruto más allá de la satisfacción personal por haberlo hecho. Además he sentido cómo la gente se repliega, se aquieta, se aleja. Varias personas que consideraba amigos me han demostrado que no lo eran tanto. Pero ya nada de esto me importa porque sé que dentro de poco me voy para el Brasil a estudiar una maestría en artes. Una vez más siento que Bogotá no es lugar para quedarse, que acá sería muy difícil que la gente llegara a valorar mi trabajo. El saber que me voy me relaja un montón, saber que las cosas cambiarán totalmente, que tendré la oportunidad de comenzar en otro lugar donde el ambiente no sea tan frío. Le echo la culpa a lo que me rodea antes que a desconfiar de mí mismo.

Pero justo al otro día de la premiación fallida de la Bienal de Venecia, recibí un correo de Barrio Bienal, una convocatoria para artistas que no estudiamos artes, donde me dicen que me gané el tercer premio de mi localidad y que me he ganado millón y medio. Lo mismo que me hubiera ganado siendo uno de los ganadores de la Bienal de Venecia. Qué interesante. Me lo gané con una escultura, una montaña de sal con avión estrellado en la cima. Es mágico convertir eso en dinero. Empieza a suceder. eso me pone en otra situación, ahora estoy por encima de cualquier cosa que me suceda en Bogotá. Estos dos meses viviré del arte como siempre lo he deseado. Soy un artista premiado, jaja, mi primer premio y un buen dinero. Estoy de paso por esta ciudad, ya sin esperar nada de ella, disfrutando de mi comodidad y dejando de ansiar lo que no suceda. Soy como el viajero que sabe que su camino sigue, que este es sólo uno de los tantos lugares que vendrán.

domingo, 10 de octubre de 2010

fiesta sorpresa




Luego de hacer la exposición en la peluquería sabía que tenía que hacer otro evento, algo de más voltaje, donde la gente pudiera moverse más. Una fiesta, claro. un happening, así se me ocurrió la idea de la fiesta sorpresa. Crear un lugar donde la gente sorprendiera y se sorprendiera. A las chicas de la peluquería les gustó la idea. 24 de septiembre decidimos. Mateo Rivano sería el dj. La fiesta parecía un buen negocio, si iba mucha gente sería bastante rentable. Intenté asociarme para hacer la fiesta pero al final tuve que producirla yo solo. Sacar volantes, afiches e invitar a mucha gente. Empecé a contactar artistas para que participaran en la fiesta. Quería que fuera como un laboratorio de artistas, donde se pudiera experimentar alrededor de la sorpresa. pasaron los días, pocas ideas y la gente estaba algo dispersa. Muchos no salieron con nada. No sé que pensar de eso, si es que los artistas andan muy ocupados o con pocas ideas. Las chicas de jalea caliente estuvieron ahí desde el comienzo y me propusieron un show de karaoke homenaje a astrid hadad. Eso ya era bastante. Además otros amigos como Violeta Ospina y Samuel Céspedes tenía ideas performáticas. Ese día 24 de septiembre había muchas cosas en la ciudad, concierto de La Prohibida, Frente cumbiero, Velandia y la Triga, que vaina, pero ni modo, la fecha ya estaba definida. Faltando pocos días para la fiesta me di cuenta que casi todo iba a depender de mí, de lo que yo hiciera para sorprender a la gente. yo estaba prometiendo sorpresa pero la verdad tenía pocas. fue muy interesante tener que pensar alrededor de la sorpresa, realmente sí fue un laboratorio para mi, se me ocurrían muchas cosas pero todas ligadas al dinero y ninguna realmente definitiva. un día antes de la fiesta aún estaba esperando que algo se me ocurriera. Con unos amigos de Mateo estábamos pensando en darle una sorpresa ya que se iba de viaje dentro de poco. Uno de ellos habló de una papayera. Era una buena idea pero algo costosa. El día de la fiesta, como último recuerso, sabiendo que debía sorprender, el viernes en la mañana, busqué en las páginas amarillas, músicos, llamé a una papayera y listo, así de una ya tenía una gran sorpresa. Fui a San Victorino compré una piñata y la llené de monedas de verdad y monedas de chocolate. Allá encontré un payaso anunciador, le dije que se pasara por la peluquería en la noche. Siempre estuve esperando que algo me sorprendiera, que la fiesta creciera sola y que no todo dependiera de lo que yo hacía.

La fiesta comenzó cuando llegó el payaso y empezó a anunciar la fiesta con su megáfono en la calle. Había mucho movimiento. Llegó la policía y dijo que había mucho ruido. Vecinos envidiosos. El payaso tuvo que callarse. La gente empezó a llegar. De repente había muchas personas por entrar. Pensé que podría llenarse. Gente buena onda. Después de que entraron unas 60 personas no entraron más. Tal vez más tarde, me decía. Las chicas de jalea se presentaron con traje de luces. Siempre me ha parecido vacano de ellas que se animan a presentarse en vivo, de hacer un show, pocos se atreven, además se trata de darle oportunidad a le gente para se entregue al canto. valioso. Luego comenzó a tocar Mateo y la fiesta se empezó a prender. A las 12 30 entró la papayera con su música interrumpiéndolo todo, y la gente sí, se sorprendió, felices de haber pagado por una fiesta y recibir más, esa es la sorpresa, lo inesperado, lo que cae de repente, y uno está allí bailando música de papayera sin siquiera haberlo imaginado. En un momento tuve que decidir si contratar a la papayera y quedarme con más plata o contratarla y en verdad hacer una gran fiesta. la verdad pensé que iba a ir más gente entonces me la jugué con la papayera. La gente se la bailó con toda. Mateo pasó de estar molesto porque le interrumpieron la música a sorprendido porque uno de los integrantes de la papayera le dijo que buen viaje. Ya todo estaba hecho, y la sorpresa cumplida. El resto de la fiesta fue un baile desenfrenado a ritmo del dj barbaroja, supercumbiero. Me gustaba tener el poder de la fiesta, que todo partiera y dependiera de mi. Faltaba la piñata, la rifé entre todos y nadie se la gano. Las chicas de la peluquería propusieron que la rompiera el chico de la entrada, el que requisaba, fui y le hice creer que se había ganado la rifa. Él no se resistió, parecía que le gustaba la idea, accedió a cubrirse los ojos y cuando esperaba paciente con el palo en las manos, mientras yo iba a buscar un micrófono y hacer todo el ritual de la piñata, otro chico, Sebastián Cruz, a quien yo le había estado pidiendo sorpresa toda la fiesta, le rapó el palo y rompió de una la piñata, algunos se lanzaron a recoger lo que había, muchos ni se dieron cuenta que la piñata había sido ultrajada de esa forma. Me dio rabia con Sebastián y a la vez risa, y sí la verdad es que me sorprendió. Yo me había comido una anfetamina y tenía un montón de energía. Después de la euforia y de los abrazos embriagados, llegó el momento de hacer cuentas. Habían pagado completo como 80 personas, al final había como unas cien personas. Pagué todo lo que debía y al final me quedaron como 40 mil pesos. Yo estaba tan contento que no me importó. Después de tanto tiempo y energía, me hubiera gustado darle más dinero a los artistas que me ayudaron, al dj también, pero no pude. Me quedé barriendo con toda la energía acumulada. Llegué a casa y solo pude dormir hasta las 11 de la mañana. Contento. Al despertar, después de la euforia, hice mil cuentas y sí, me quedaron como 40 mil. Poco. Muy poco después de tanto. Esperaba conseguir algo de dinero pero nada, no funcionó, pero por lo menos fue divertido.

lunes, 27 de septiembre de 2010

aterrizaje


Antes de tomar yagé, un hombre español que iba a dirigir la toma con el taita indígena, dijo que lo importante era poder mantener esa fuerza y esa visión de la toma en la vida cotidiana, que precisamente eso era lo complicado, claro, cuando uno está borracho por el yagé todo es maravilloso, todo es posible, uno tiene tanta fuerza, pero en la vida diaria, relacionándose frente a frente con la gente, subiéndose a un bus, o lavando la loza, las cosas son diferentes. Tenía toda la razón. Regresé a Bogotá, en buena energía, con ganas de abrazar y creyendo que venía una buena época. Me recibieron mis papas que habían venido a bogotá y se quedarían en el apartamento por unos días. La relación con mis papas es como de incomprensión mutua, pero aún así convivimos bien por cortos periodos de tiempo. Mi mamá venía algo enferma. fueron días mas o menos quietos de almuerzos familiares.

Todo eso que sentí en el yagé, todo eso que creí que podría llegar a suceder, se fue apozando poco a poco. La vida seguía siendo más lenta y más complicada de lo que pensaba. La ciudad y la gente también. Algunos nunca se dejaron tocar, simplemente siguieron por el lado con sus cotidianidades. Me sentí ingenuo por haber esperado algo diferente, pero a la vez me sigo negando a tener que creer que siempre será así.

La quietud y la indiferencia de afuera me dio un lugar frente al computador donde siempre hay algo que hacer. Me vi creando relaciones personales en ese mundo virtual. Es entretenido hasta que uno se aleja de la pantalla y se da cuenta de lo solo que está. Pasé un fin de semana muy desparachado, sin buenos planes y sin buenos amigos. Conocí un chico por internet, parecía interesante e interesado, duramos toda una noche chateando, cuando volvimos a hablar en dos días me contó que ahora estaba saliendo con alguien. Es tan ridículo que es gracioso. El domingo pasé gran parte del día en urgencias porqué mi mamá se volvió a sentir mal.

Las cosas no estaban resultando justo después de creer que venía una época muy buena en la ciudad de siempre, me encontré con tanta quietud a mi alrededor, que poco a poco yo también me fui quedando quieto, con el ánimo bajo, y sin tantas energía para crear. Con el ánimo y las defensas bajas me enfermé. La enfermedad siempre es algo físico y a la vez algo emocional. Esa quietud se convirtió en dolor del cuerpo. Tuve tres días de fiebres leves, de dormir y de leer mucho. Fue como caer a lo bajo, a esa inmovilidad obligada para darme cuenta que yo mismo me había dejado llegar hasta allí. Sanarme fue como limpiarme y empezar a recuperar la energía para lo que venía la otra semana: la fiesta sorpresa.

lunes, 13 de septiembre de 2010

tranquilo taita que yo soy el loco amable


El fin de semana pasado tome yagé. Otra vez, donde unos amigos que truequearon una casa en sopó. era un parche diverso, gente mayor, jóvenes, unos españoles, el taita un indígena gordo muy buena onda con buen sentido del humor. Tomamos y no mucho después ya estaba buscando un lugar donde vomitar. me cogió rápido y me elevó de una. La vomitada siempre es fuerte uno siente muchas nauseas pero a la vez vomita con gusto. Perdía la consciencia por momentos y despertaba de repente, allí acurrucado, en mitad de la noche fría, inmóvil porque no podía moverme. El cielo era morado con líneas como ondas. era bellísimo. Me sentía como al borde de algo, tenía ganas de abandonarme, dejarme ir y no cuidar ni siquiera de mi cuerpo. Siempre que tomo yagé me gusta estar solo, me alejo y me quedo en un rincón frente a algún árbol, hablando solo, entendiendo cosas. Poco a poco fui recuperando cada vez más la consciencia y así mismo la energía. Cuando tomo yagé me enamoro del mundo, de todos y todas. Suelo recordar a los hombres que han pasado por mi vida, a los que he amado, a los que todavía amo y me imagino diciéndoles tantas cosas, acercándome y diciéndoles que todo bien, que se dejen querer. Me dan tantas ganas de querer a la gente que está a mi alrededor, tenía tantas ganas de abrazar a mis amigos. Decirles que nos besemos más, que nos toquemos. Gritaba nombres de los querían que estuvieran allí junto a mí, inundando con mi voz el potrero. También me dieron muchas ganas de acercarme más a las mujeres. Todo este amor que siento por las personas es muy sexual pero a la vez va más allá de eso. Sí, me imagino orgías bonitas, besos, soy bello, todo es posible, todos dirían que sí.

En ese estado tendría la fuerza de hacer cualquier cosa, no hay barreras, no hay dudas, es tanta fuerza. Y entonces pienso en lo que viene en Bogotá y se me ocurren un montón de ideas, me imagino todo marchando, un montón de movimiento, de gente, de vida. Tomé una segunda vez y bailé en un potrero, cantando con toda. Luego la quietud y el mareo, el vomito, la liberación. Una chica, tal vez alucinando, les dijo a todos que me había visto subido en un árbol. Hubo una comisión preocupada que fue a ver como estaba. El taita me preguntó si me había subido a un árbol, yo comprobé dónde estaba sentado, y entonces le dije que no. Él me decía que me acercara más al grupo y yo le decía que no se preocupara que yo estaba re bien, que yo era como el loco amable al que nunca le pasaría nada malo. Me quedé solo entre un bosque de pinos y me quedé dormido. Luego fui a reunirme con los demás y me dormí junto al fuego. Fue amaneciendo poco a poco, con el yagé todavía en la cabeza. Subí a una pequeña montaña en total calma contento de haber visto todo lo que había visto, de haber sentido todo lo que sentí.

sábado, 11 de septiembre de 2010

bájese de esa chaqueta fucsia



Hace días, un viernes, salí de un bar a las 3 de la mañana. Estuve esperando bus en la séptima, pasó un colectivo y me subí. Cuando me di cuenta algo andaba mal. Todos los pasajeros eran como ñeros. sí, ñeros. Hasta el conductor. cachuchas ladeadas, pantalones anchos, no podría describirlo, no quiero generalizar, pero el hecho es que me sentí inmediatamente en peligro, subiéndome al colectivo del robo colectivo. Dude si pagar o no pero pensé que ya se subirían otras personas. Miré a mi alrededor y ver una chica aparentemente normal me tranquilizó un poco. Me quedé al lado de la puerta. Yo llevaba una chaqueta fucsia y me sentía fuera de lugar en la mitad de ese mundo sombrío. Los manes que estaban a mi lado empezaron a pasarse perico en una bolsa y a meter ahí al frente mío. ¿En qué momento me robarán y me devolverán a la calle sin nada? Me preguntaba. Hacía calor y yo llevaba además un saco así que me quité la chaqueta. Entonces uno de los manes me dijo que tuviera personalidad, que por qué me quitaba la chaqueta, que si me la había puesto era porque me gustaba ¿No? Le respondí entre nervioso y confundido que tenía calor, como si tuviera que explicarle mis actos a ese desconocido, pero claro él no me creía y seguía diciéndome que tuviera personalidad, yo repetía que tenía calor como si en verdad fuera importante que me creyera, entonces otro dijo que si le regalaba la chaqueta a su nena. Su nena era la joven que a mi me había tranquilizado por no parecer tan ñera. Entonces ella empezó a decir que sí, que se la diera, que estaba una chimba. Entonces empecé a ver por las ventanas como quien finge que se acerca al lugar donde debe bajarse. Además ya me voy a bajar decía yo, mientras le gritaba al conductor que me dejara ahí, donde fuera, rogando en mi interior que el conductor no fuera de esa supuesta pandilla y que me abriera la puerta. Me bajé entre gritos de los ñeros que me insultaban por gallina. afortunadamente, de nuevo en la calle, sentí que había estado al borde de un gran peligro. Fue un alivio bajarme de ese colectivo y poder ponerme de nuevo mi chaqueta fucsia.

domingo, 29 de agosto de 2010

cacería de hombres


En esta última semana con tanto tiempo por delante, sentí mucho más mi soledad y me vi con ganas de estar con alguien. Pasé por una temporada de soledad, algo obligada, pero a la vez porque nadie apareció. No tenía ganas de buscar, quería creer que podría conocer algún chico interesante sin necesidad de ir a un espacio gay. Fui a una fiesta y un chico delgado de cabello largo me sonreía bastante, bonito, caleño, hablamos y era tan diferente a mi, yo creo que esperaba que le gastara algo, al final me cambió por un tipo gordo, de gorra, con el que metían perico en el baño. Me encontré deseando bastante.

Durante un tiempo me había resistido a buscar hombres por internet pensando que en algún momento aparecería alguno vacano, fácilmente, sin buscar. Además también estaba encontrándome, concentrando mi energía en mí mismo y en mi trabajo. Pero luego de la expo vi todo muy quieto, ansiaba algo de emoción. ¿Qué hacer cuando la vida permanece estática? Me metí a manhunt (cacería de hombre), una página en internet donde un montón de gays tenemos un perfil para conocer otros gays. una página donde lo recibe a uno un hombre en calzoncillos cogiéndose el paquete. Mi nick es huidobro, pero eso no ha sido motivo para que algún chico interesante me diga que sabe quién es ese poeta. La mitad de las fotos de los perfiles son partes del cuerpo: penes, músculos, culos, ojos. muchos buenos cuerpos. hay de todo y eso es interesante, yo tambien estoy ahi, en la feria donde se ofrece todo tipo de placeres. Hombres buscando desde sexo express y disponibilidad inmediata hasta el amor de la vida. para mi es como dejar la ventana abierta.

Le escribí a un chico. Chateamos por msn. aparecía bonito en las fotos pero su charla era algo simple. Nos vimos al día siguiente. era bonito, más de lo que esperaba. crespo, delgado, de barba. Paseamos por la feria del libro. En verdad era un chico simple. Nada de profundidades. Dijo que tenía que irse y nos despedimos. En ese momento supe que eso era todo, que no le había gustado. Fue algo extraño porque él había visto varias fotos mías y parecía interesado, pero de repente se iba como escapando de una mala cita. Era inevitable preguntarme qué no le había gustado. Pero que fuera tan simple para mí hacía que todo fuera más fácil y que no me importara tanto, sin embargo seguí caminando buscando un espejo. Me di una vuelta por la nacional cantando en solitario.

De repente el fin de semana aparecieron varios hombres. de repente les gustaba a algunos. historias que apenas comienzan o que tal vez no resulten en nada. El sábado terminé, sin planearlo, en un bar cualquiera en chapinero con un ex. Lo vi bonito y recordé por qué me había gustado hace años. Terminamos en mi casa tomando cerveza y fumando bareta. Fue como volver a algo, a re conocer su rostro y su cuerpo. Fue vacano, calmado, más como de tocar y dejarse tocar.

el mundo literario en Bogotá. oídos sordos

Hace días fui a la feria del libro. Ésta es la primera vez que participaba en ella. Varias veces antes lo intenté como estudiante de literatura y como escritor pero nunca encontré un espacio. Esta vez pude exponer mi libro de los aviones en el pabellón de libro arte. Es extraño pero el mundo del arte visual me está ofreciendo lo que el mundo de la literatura me ha negado en Bogotá. Es tan cerrado y tan aburrido, señores leyendo sus libros en una mesa larga de mantel blanco. aferrándose a sus albas y a sus crepúsculos, defendiéndolos de las nuevas palabras “no poéticas”. eso es lo que he sentido durante todo este tiempo como escritor en Bogotá. Oídos sordos. Soy más conocido en otros países de Suramérica como escritor que en mi propia ciudad. Apareceré en una antología de nuevos poetas latinoamericanos hecha en chile y acá nadie me conoce, a pesar de haberlo intentado por varios años.

el efecto post - fiesta y el parque interior

Después de la inauguración de la expo, después de esa explosión de energía, después de llegar a casa y dormir satisfecho, el viernes me desperté sin nada que hacer.
Claro, era bueno poder descansar de tanto movimiento pero ¿Cómo no pasar del descanso al aburrimiento? De hecho todos esos eventos que me invento son precisamente para no aburrirme, los necesito para sentir que estoy haciendo algo valioso, me dan energía e intensidad para llevar los días.

Después de una gran fiesta en la cima viene el despertar en el suelo. el cuerpo y la mente, cansadas, halan hacia abajo. Es fácil deprimirse. Éste es el efecto post-fiesta. ¿Y ahora qué? Me pregunté al despertar. Me sentía como en vacaciones sin programar. Me aburría por ratos sin saber qué comenzar. Re desparchado. Traté de comenzar algunos proyectos. Cuando venía de Sopó luego de pasar la noche en una casa en el campo donde unos amigos, me quedé encerrado en un transmilenio por una hora. Un trancón de transmilenios qué terrible. Llegué a la casa sin tener nada que hacer con el animo por el suelo. Al otro día sabía que no podría quedarme en este mismo lugar, así que salí con la bicicleta y fui a un parque cerca de mi casa, el parque del oso, en la suba con 118. Re vacano, solo, como perdido en la mitad de un bosque en la mitad de la ciudad. Me puse a leer y a escribir, me dieron ganas de mover el cuerpo, de estirar, de correr, me cargué de energía muy fácilmente. Me pregunté cómo era posible que después de tanto tiempo yo no fuera consiente que debía, que podía, salir más en cicla, a parques, al aire libre, a correr, me hizo tanto bien. Pensé que todos los días podría tener una rutina así, hacer yoga, ejercitar el cuerpo. Desde hace días he seguido yendo en las mañanas. Ya es un lugar dentro de mi. Encontré el parque interior.

lunes, 23 de agosto de 2010

la ciudad de siempre

Intimidades rutinarias de un artista en Bogotá, la ciudad de siempre.

in augurar

Montamos con ayuda de las chicas de la peluquería Lorenza y Melisa el miércoles en la noche. Limpiamos el espacio y fuimos encontrando lugar para cada cosa. De repente todo era blanco y las esculturas pequeñas resaltaban en el espacio. pusimos luces. Bellísimo. Era muy vacano sentir que ellas también estaban interesados en la obra, en el evento, me sentía realmente respaldado por estas chicas, que trabajan todo el día, y que esa noche estaban pintando ellas mismas las paredes para que todo se viera bonito. Salí contento de la peluquería ese noche, sabiendo que lo más importante de todo esto era que la expo era bella.

El día de la inauguración, a las 8, había pocas personas. pero debo decir que a esas alturas ya no me importaba tanto porque estaba muy contento con el montaje y con la experiencia de exponer en la peluquería. Empezó a llegar gente, amigos, conocidos, desconocidos, algunos transeúntes que entraban a ver qué, turistas desparchados, y ya estaba lleno de todo tipo de gente. Estaba del otro lado, habían bastantes personas reunidas alrededor de mi obra.

Hice tres presentaciones en la noche. La primera fue una lectura de escritos. El show central fue contar mi vida en diez minutos mientras Melissa, quien dirige el lugar, me cortaba el cabello, fue vacano, pudo ser más emocional, pero salió bien. En la última yo leía unos poemas homosexuales despechados mientras sonaba un merengue y dos parejas bailaban. Fue divertido.

Quedé tan contento, por todo por delante, sabiendo que esto es el comienzo de tantas otras cosas vacanas que vienen. Contento por haber encontrado ese lugar y por poder hacer una expo tan personal y tan simbolica para mi. La ciudad de siempre está mostrándose.

ciudad fría de gente fría

Bogotá no es una ciudad fácil. La gente es indiferente por naturaleza. Una ciudad fría de gente fría. gente que se va a sus casas temprano porque todo lugar es peligroso. Bogotá no tiene el movimiento que debería tener una ciudad de ocho millones de personas. A Bogotá le falta animo, aventura. claro, le falta también un transmilenio que cierre a la 1 o buses 24 horas como otras ciudades grandes. Es un circulo vicioso de ausencias.

triunfar - fracasar

Ésta es la expo más importante que he hecho. Mi exposición individual. Bna retrospectiva de lo mejor de mi trabajo artístico durante todos estos años en bogotá. Organizarla implicó un trabajo de muchos dias, mucho tiempo y energía, especialmente convocando gente. Siempre me ha parecido difícil hacerlo. Inundé de información las redes sociales en internet, y anduve siempre con unos volantes para darle uno a toda persona que podría estar interesada en una expo. El temor es organizar algo así, gastar tanto tiempo y energía para que vayan pocas personas, los amigos de uno, y ya. de hecho hace un año y medio había organizado una expo en mi casa, mi primera individual, pasé dos dias haciendo el montaje, cosiendo unas fotos y al final fueron 13 personas. Vivo lejos pero aún así es inevitable preguntarse: ¿Todo este trabajo para esto? Y dias antes de la expo en la peluquería debo confesar que ese era uno de mis miedos, que fueran pocas personas, que la expo no tuviera ninguna repercusión. Claro a uno siempre le gustaría mover un montón de gente y no es sencillo comprender que todo tiene un proceso y que estos a veces son más lentos de lo que uno quisiera. La diferencia esta vez es que exponía en un lugar muy conocido, y algo muy importante de la peluquería es que es un lugar totalmente vivo en el centro de la ciudad. Mucha gente entra a diario, muy diferente a una galería donde la gente solo va el dia de la inauguración y ya. Es tan valioso el trabajo que están haciendo estas chicas, están construyendo un centro de movimiento en la ciudad. Lo que tanto necesita Bogotá.

Al final se trata del miedo al fracaso. a intentarlo y que las cosas no se den. Poner todo de uno en su evento y que eso no signifique nada, que la gente prefiera ir a otro lugar o incluso prefiera quedarse en su casa. Exponerse publicamente y a que nadie le interese.

domingo, 15 de agosto de 2010

la ciudad de siempre

Y por fin, después de tanto, la ciudad de siempre, mi exposición individual en la peluquería. el momento y el lugar donde tantos procesos se juntan.
El encuentro de mi ciudad con la ciudad de afuera, con la ciudad de los otros.

La ciudad que he constuido durante estos años como artista, como habitante y que se expresa a través de palabras, objetos e imágenes.

escultura + fotografía + presentaciones + lectura + performance

prometo emociones

del 19 al 26 de agosto
la peluquería
cra 3 # 15 a - 47

inaguración
jueves 19 de agosto
7 30 pm

sábado, 14 de agosto de 2010

el jardín de las delicias


Ayer estuve trabajando toda la tarde con Los invisibles en el montaje de la fiesta. El espacio era bacana, una casa vieja con un patio, balcones y una carpa de circo al fondo. Escribí frases deliciosas y las pegué en la pared. Saqué algunos afiches de la expo y me preocupé por hacer publicidad del evento. El espacio era bellísmo, luces, colores y dibujos por todo el lugar. Yo quería interactuar con las personas y propiciar sensaciones deliciosas. Al comienzo de la fiesta le pedí a las personas que escribieran en un papel algo que les gustara o que desearan sexualmente, que lo pusieran en un jarro de vidrio que tenía y que sacaran el secreto sexual de otro. Era divertido pero casi a nadie le gustaba lo que le salía. Luego pasé con una gran guanábana madura en una bandeja ofreciendola a las personas. era divertido ver la reacción de la gente frente a la enorme fruta, blanca y esparramada. Algunos la trataban con desprecio, otros la manoseaban sin verguenza. Fue una buena manera de interactuar con las personas y provocar sensaciones en ellos.
Luego, Mateo Rivano, una de las personas más interesantes que he conocido en este tiempo en Bogotá, artista, dibujante, dj, mezcló tropicalidades en la carpa y me quité poco a poco mi disfraz, que nunca tuvo título, y me puse a bailar.

Hombres bonitos y yo queriendo y sin querer, estaba en todas partes y en ninguna. Rodeado de personas y a la vez solo.

En fin, sí, fue delicioso.

movimiento

En esta última semana fue de mucho trabajo. Estuve trabajando con Los invisibles en el Jardín de las delicias, una fiesta muy vacana al rededor de lo delicioso, del deseo y las sensaciones. Ellos son un grupo de artsitas muy pilos, algunos de manizales, que tienen una revista y hacen eventos. http://sociedadinvisible.blogspot.com/ (facebook: revista invisible) su trabajo es bueno. Me gusta su estética y sus ideas. Fue vacano conocerlos y tener la oportunidad de trabajar con ellos. De hecho eso es lo que estoy buscando, conocer gente que esté trabajando alrededor del arte y tener la oportunidad de mostrar mi trabajo. Necesito ese tipo de cosas para sentirme bien en Bogotá, sentir que hago parte de ese movimiento en la ciudad.

También tuve mi segunda presentación de la probabilidad de accidentes aéreos ha subido al 11% en quince dieciseis, http://www.1516bogota.blogspot.com/(facebook: quince dieciseis) un lugar muy bacano, una casa arrendada por artistas de diferentes universidades donde hacen todo tipo de eventos, un espacio abierto para el arte alternativo. La presentación salió muy bien, fueron unas cuarenta, cincuenta, personas, un público muy vacano y más variado. eso me animó bastante y me di cuenta que no podía esperar que a la primera presentación fuera toda la gente, que era muy bueno repetir y ofrecer varias presentaciones. Continuidad, insistencia.

También tuve que preparar todo lo necesario para publicitar mi exposición individual en la peluquería. la imagen, el texto, los volantes, algunos afiches. Se acerca mi expo y todo se va cargando de significados, de sentidos.

casualidad

Un día, varias semanas atrás, mientras llevaba algunas de mis obras a la casa de Maria Iovino, la curadora de Arte Cámara, para que fueran consideradas para ARTBO, y que no lo fueron, me encontré en la entrada de la estación de transmilenio cerca de mi casa, con un chico que ya había visto varias veces en Bogotá y que siempre había querido conocer. Nos cruzamos y nos quedamos mirando. Sonreí y seguí apurado. Al día siguiente volví a encontrármelo en el mismo lugar. Yo yendo, él viniendo. Paramos y hablamos. Le pedí su teléfono. Ese mismo dia había recibido el correo de mi ex novio y estaba preocupado, no tenía cabeza ni deseo para conocer a alguien.

Así pasó más de una semana. Lo llamé y nos vimos una noche. Tomamos una cerveza mientras hablábamos de nuestras vidas. Es un chico bonito, bailarín, interesante, pero aún así no nos comunicamos, hablamos, pero no estuvimos cerca. No podría explicar por qué pero no sucedió.

Aún asi lo seguía teniendo en mi cabeza, esperando tal vez otra oportunidad, le mandé un mensaje a su celular. Casualidad: combinación de circustancias que no se pueden evitar o prever y cuyas causas y consecuencias se ignoran. No hubo respuesta. Al día siguiente me encontré con unas amigas de Chipre que conocí en Londres y fuimos al Goce Pagano. Allí apareció, él, otra vez, me acerqué y le repetí el mensaje.

En verdad creí que tantos encuentros "casuales" tenían algún sentido y que se trataba de una historia que estaba por suceder, pero esa noche casi no hablamos, yo intenté acercarme pero no funcionaba, realmente no funcionaba. Lo invité a bailar y él parecía como borracho o fumado y no terminamos bailamos juntos. Me fui del bar creyendo que eso había sido todo.

Qué pensar de ese tipo de historias fallidas, coincidencias que no llegan a nada. puede que me lo encuentre mañana en la estación. Puede que no vuelva a verlo.

¿Hay casualidades que no significan nada?

la probabilidad de accidentes sexuales ha subido al 11%


Luego de una experiencia mística toca regresar a tierra, a lo cotidiano y a lavar la loza, por ejemplo. Después de terminar con el chico de las dos semanas y sentir que esa historia ya era pasado, y de sentir que había dejado esa tristeza atrás, recibí el correo de un ex novio que me decía que había ido al médico y que le habían encontrado una infección venérea. Me decía que yo podía ser el culpable. Así de repente. Ese dia tenía una exposición en el espacio 101, La probabilidad de accidentes aéreos ha subido al 11%. Al parecer también había un 11% de contraer una infección venérea.

Era un momento muy intenso porque estaba con mucha energía ensayando y montando la expo, un trabajo re vacano hecho antes de irme de viaje, iba a tener una expo individual, el lanzamiento de mi segundo libro, muestra de escultura y la presentación de una obra de teatro performance. Pero en mi cabeza estaba el correo de este chico, un correo agresivo que me oscurecía todo, que me entregaba una duda y un miedo, y entrar a internet y buscar información y todos esos virus e infecciones son tan terribles, ahora yo estaba sucio de repente.

La presentacion salió bien pero la verdad esperaba que fuera más gente, muchos dijeron que irían y al final no aparecieron. A las 8 no había llegado nadie. pensaba que irían no sólo mis amigos sino artistas, escritores, personas mucho más metidas en el muendo del arte. Esa es mi intención al presentarme, dialogar con la gente que está creando y pensando. La gente empezó a llegar y frente a más o menos unas cincuenta personas presentamos nuestra farsa, con Yenny Sánchez, mi azafata maravillosa, una pieza burlesca y negra. Fue tan divertido actuarla. Eso me dejó contento, contento con mi trabajo y con lo que había mostrado. Me di cuenta que tal vez estaba esperando mucho de Bogotá, que el proceso era más lento de lo que pensaba. eso me desanimó un poco pero me di cuenta que los procesos tienen sus momentos, sus tiempos, y que tenía que comprenderlos.

Cuando me pregunto si escribir sobre esto, sobre algo tan íntimo, y a la vez tan incómodo, siento que si quiero ser sincero con lo que acá estoy contando no tiene sentido ocultarlo. Ésto ha afectado mi sentir en la ciudad y me ha hecho reflexionar muchísimo sobre mi vida sexual. Qué difícil es pasar por este tipo de cosas. Infecciones sexuales. todos evitamos hablar de eso, no queremos que nadie se entere, pensarían que somos tan sucios, que lo merecemos por promiscuos o por estúpidos, por no protegernos, si nos lo han advertido tantas veces. Pero es mucho más común de lo que uno cree, cualquier persona con una vida sexual activa está expuesta a muchos riesgos, uno cree que con usar condón es suficiente pero no lo es. El placer de volar junto a otro también tiene sus riesgos. La probabilidad de accidentes sexuales ha subido al 11%.

Fui al médico, asustado, y no me encontraron nada, pero el médico me dijo que hay personas que tienen ese tipo de infecciones pero que no demuestran síntomas. ¿Será posible? Me puso una inyección por si la tenía y ya. Todo se solucionó más fácil de lo que pensaba. Una semana sin sexo, me advirtió.

Con la líbido en el piso pero con el ánimo repuesto después de un gran susto, comencé a buscar dónde vivir. Yo vivo solo en un apartamento en el norte de Bgota, donde viví con mi familia por mucho tiempo, ahora mis papás se fueron al campo y mi hermana, trapecista, trabaja en un crucero que va por islas de oceanía. Así que yo tengo todo el apartamento para mí, pero justo en esos días me estaba sintiendo muy solo y lejos de todo. Me propuse encontrar un lugar cerca del centro para vivir con unos amigos, luego para mí solo, pero al final no hubo lugar, y sin trabajo menos. Pensaba que tenía que irme del apartamento para no sentir que todo era una repetición, que Bogotá al final seguía siendo una cómoda jaula con la misma vista por la ventana.

Tuve dias difíciles de preguntarme por qué había querido quedarme en bogotá. ¿Para esto? Me preguntaba mirando la repetición en todas las cosas a mi alrededor. difícil. Me puse a hacer un libro para una convocatoria de libro artista para la feria del libro, el mismo de los aviones, tejido, lentamente, y fue una noche bonita, de calma y trabajo. Quedó vacano y eso me subió el ánimo. Esa semana fue como de concentración en mi trabajo. Salí a echarme a los parques del barrio en los dias soleados y entonces vi que estaba muy bien, que tenía tanto y que vivía tan cómodo y que más bien tenía que ponerme a trabajar en lo mio, sin tanta distracción, que tenía la oportunidad de hacerlo en Bogotá, no preocuparme por pagar un arriendo y tener un lugar donde yo mando, donde puedo fumar bareta o tomar cuando quiera.

El hecho de no poder estar con nadie y más que eso el hecho de no querer estar con nadie, con la líbido por el suelo y como con el cuerpo resentido empecé a ver más hacia adentro. Tener que estar conmigo mismo y disfrutarlo.

energía

En estas últimas semanas en Bogotá he ido ha tomar yagé. Fue muy especial después de llegar de Londres encontrar este espacio, algo muy difícil de encontrar en otro país, y realmente intenso, una experiencia con la energía del mundo. Viene un taita de Putumayo y tomamos en diferentes lugares fuera de bogotá con una gente joven, algunos artistas, intelectuales, un buen parche. Cuando tomo yagé siento una gran energía dentro de mí y siento tanta fuerza que el mensaje suele ser, Alexander, vas muy bien, debes tener más fuerza, debes tener más confianza en lo que haces y ser consciente de tu conexión con el mundo. Fluyendo. Entonces me enamoro del mundo y empiezo a gritar por potreros desiertos que soy un hombre feliz.

sábado, 7 de agosto de 2010

pasado

Bogotá, la ciudad de siempre, la aburrida y la excitante, la fría, la sorpresiva, la repetitiva, el lugar donde he vivido la mayor parte de mi vida, a veces disfrutándolo, a veces sin quererlo. Mi casa, mi taller, mi jaula, mi ciudad.

Empezaré a escribir sobre mi cotidianidad en esta ciudad. Escribiré sobre mis intimidades rutinarias dando vueltas por la ciudad, sobre lo que voy encontrando como artista joven. Espacios, personas, colectivos, movimientos...

Llegué hace dos meses de viaje. Estuve cinco meses por Europa y Marruecos. Tuve un tiempo para decidir si quedarme en Bogotá o irme a estudiar una maestría en artes, en Campinas, Brasil. Decidí quedarme ¿Por qué? Me lo he preguntado tantas veces. Tal vez por creer que esta vez podría cambiar la ciudad de siempre, que podría adueñarme de ella y volverla intensa por unos cuantos meses. Apenas llegué de viaje salí a buscar lo que la ciudad podría ofrecerme como artista. Estaba buscando un lugar para exponer mis esculturas. Fui a La peluquería, les gustó mi trabajo y me ofrecieron el espacio. de hecho la ciudad de siempre es el nombre de la exposición que haré en la peluquería el 19 de agosto.

Seguí buscando y encontré a Los invisibles, un grupo de artistas que tienen una revista y hacen eventos muy buena onda, Pedro y Alejandra me recibieron con muy buena energía después de ver mi trabajo. Fui luego a espacio 101 una galería subterránea en el centro de Bogotá, es un apartameto de dos piezas en el primer piso de un viejo edificio, que arrendó un grupo de artistas y donde organizan exposicines de artistas jóvenes y emergentes. Les pasé una propuesta y ya tenía donde presentar mi último libro La probabilidad de accidentes aéreos ha subido al 11%.

Eso fue como en dos semanas, todo muy rápido y muy fácil. Siempre me había quejado de que en Bogotá no había oportunidades para los artistas pero esta vez fue diferente, tal vez porque salí a buscarlo, quise tener la actitud que uno tiene cuando esta de viaje, cuando va a todas partes y pregunta y habla con cualquiera. Tal vez esa es la gran diferencia de estar en la ciudad de siempre, te hace ser la persona de siempre, la que va a los mismos lugares y habla con las mismas personas, pero cuando volví a Bogotá no quería regresar a ese lugar que tenía antes de irme. Salí a buscar la ciudad y la fui encontrando.

También encontré a un chico. Acá no pondré su nombre. Después de llegar de viaje y haber ido a Inglaterra porque me había enamorado de un chico colombiano que se habían ido para allá, y después de que las cosas no funcionaron con él, me sentía algo vulnerable pero a la vez con ganas de estar con alguien. Fue gracioso. Lo encontré por internet en una de esas páginas donde los homosexuales se meten para buscar otros homosexuales. Hablamos y yo le dije que esa tarde iba a ir al centro a una exposición, me dijo que él también, donde? me preguntó. Íbamos al mismo lugar, y el día anterior nos habíamos visto alli por unos minutos. La cita más fácil que he conseguido por internet. Teníamos muchas cosas en común y la historia empezó re rápido y muy intensamente. Desde el comienzo me dijo que había termiando una relación muy importante y que aún le afectaba. Nos veíamos casi todos los dias y pasabamos mucho tiempo juntos. Yo estaba muy contento y muy cómodo durmiendo junto a él, y la balanza se iba inclinando por quedarme en Bogotá.

Dos semanas después, justo el mismo dia en que tuve una exposición en el lanzamiento del colectivo Green Om en la Casa Cano, y que nos habían dado un jardín para intervenirlo junto con dos otros artistas, Pedro Jaramillo y Andrés Molina, después de clavar peinillas en el cesped y sentir que todo había salido muy bien, este chico me dice que quiere que sea su amigo, después de venirse conmigo a mi casa y dormir juntos, después de haberse metido a mi vida y a mi cama, me dice que le sigue afectando lo de su novio, que no quiere hacerme daño, y todas cosas que se dicen cuando uno quiere irse de una historia. Nos abrazamos y se fue. Tuve un día muy oscuro, esos dias en que el cielo gris paraece que se fuera a venir sobre la ciudad. Donde no hay ninguna esperanza. Un día de dolor. Casi me quedo encerrado en un transmilenio porque había tanta gente y no esperaron a que algunos saliéramos y yo gritaba desesperado, por favor déjenme salir, déjenme salir, a punto de echarme de llorar entre esa muchedumbre de regreso a su casa. Justo en esos momentos me estaba pensando por qué quería quedarme en esta inmunda ciudad, lluviosa y caótica. Me entró un miedo tremendo porque pensé que debería irme al Brasil y alejarme de este lugar tan nublado. Al otro día, al despertar, había un fuerte sol y me di cuenta que ya no me dolía más, no así de fuerte. Ese mismo día decidí quedarme en esta ciudad, un presentimiento, unos meses más.

la ciudad de siempre

Ésta es mi vida en la ciudad de siempre, Bogotá, la ciudad de la vida real.