esta es mi vida en bogotá, la ciudad de siempre

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domingo, 10 de octubre de 2010

fiesta sorpresa




Luego de hacer la exposición en la peluquería sabía que tenía que hacer otro evento, algo de más voltaje, donde la gente pudiera moverse más. Una fiesta, claro. un happening, así se me ocurrió la idea de la fiesta sorpresa. Crear un lugar donde la gente sorprendiera y se sorprendiera. A las chicas de la peluquería les gustó la idea. 24 de septiembre decidimos. Mateo Rivano sería el dj. La fiesta parecía un buen negocio, si iba mucha gente sería bastante rentable. Intenté asociarme para hacer la fiesta pero al final tuve que producirla yo solo. Sacar volantes, afiches e invitar a mucha gente. Empecé a contactar artistas para que participaran en la fiesta. Quería que fuera como un laboratorio de artistas, donde se pudiera experimentar alrededor de la sorpresa. pasaron los días, pocas ideas y la gente estaba algo dispersa. Muchos no salieron con nada. No sé que pensar de eso, si es que los artistas andan muy ocupados o con pocas ideas. Las chicas de jalea caliente estuvieron ahí desde el comienzo y me propusieron un show de karaoke homenaje a astrid hadad. Eso ya era bastante. Además otros amigos como Violeta Ospina y Samuel Céspedes tenía ideas performáticas. Ese día 24 de septiembre había muchas cosas en la ciudad, concierto de La Prohibida, Frente cumbiero, Velandia y la Triga, que vaina, pero ni modo, la fecha ya estaba definida. Faltando pocos días para la fiesta me di cuenta que casi todo iba a depender de mí, de lo que yo hiciera para sorprender a la gente. yo estaba prometiendo sorpresa pero la verdad tenía pocas. fue muy interesante tener que pensar alrededor de la sorpresa, realmente sí fue un laboratorio para mi, se me ocurrían muchas cosas pero todas ligadas al dinero y ninguna realmente definitiva. un día antes de la fiesta aún estaba esperando que algo se me ocurriera. Con unos amigos de Mateo estábamos pensando en darle una sorpresa ya que se iba de viaje dentro de poco. Uno de ellos habló de una papayera. Era una buena idea pero algo costosa. El día de la fiesta, como último recuerso, sabiendo que debía sorprender, el viernes en la mañana, busqué en las páginas amarillas, músicos, llamé a una papayera y listo, así de una ya tenía una gran sorpresa. Fui a San Victorino compré una piñata y la llené de monedas de verdad y monedas de chocolate. Allá encontré un payaso anunciador, le dije que se pasara por la peluquería en la noche. Siempre estuve esperando que algo me sorprendiera, que la fiesta creciera sola y que no todo dependiera de lo que yo hacía.

La fiesta comenzó cuando llegó el payaso y empezó a anunciar la fiesta con su megáfono en la calle. Había mucho movimiento. Llegó la policía y dijo que había mucho ruido. Vecinos envidiosos. El payaso tuvo que callarse. La gente empezó a llegar. De repente había muchas personas por entrar. Pensé que podría llenarse. Gente buena onda. Después de que entraron unas 60 personas no entraron más. Tal vez más tarde, me decía. Las chicas de jalea se presentaron con traje de luces. Siempre me ha parecido vacano de ellas que se animan a presentarse en vivo, de hacer un show, pocos se atreven, además se trata de darle oportunidad a le gente para se entregue al canto. valioso. Luego comenzó a tocar Mateo y la fiesta se empezó a prender. A las 12 30 entró la papayera con su música interrumpiéndolo todo, y la gente sí, se sorprendió, felices de haber pagado por una fiesta y recibir más, esa es la sorpresa, lo inesperado, lo que cae de repente, y uno está allí bailando música de papayera sin siquiera haberlo imaginado. En un momento tuve que decidir si contratar a la papayera y quedarme con más plata o contratarla y en verdad hacer una gran fiesta. la verdad pensé que iba a ir más gente entonces me la jugué con la papayera. La gente se la bailó con toda. Mateo pasó de estar molesto porque le interrumpieron la música a sorprendido porque uno de los integrantes de la papayera le dijo que buen viaje. Ya todo estaba hecho, y la sorpresa cumplida. El resto de la fiesta fue un baile desenfrenado a ritmo del dj barbaroja, supercumbiero. Me gustaba tener el poder de la fiesta, que todo partiera y dependiera de mi. Faltaba la piñata, la rifé entre todos y nadie se la gano. Las chicas de la peluquería propusieron que la rompiera el chico de la entrada, el que requisaba, fui y le hice creer que se había ganado la rifa. Él no se resistió, parecía que le gustaba la idea, accedió a cubrirse los ojos y cuando esperaba paciente con el palo en las manos, mientras yo iba a buscar un micrófono y hacer todo el ritual de la piñata, otro chico, Sebastián Cruz, a quien yo le había estado pidiendo sorpresa toda la fiesta, le rapó el palo y rompió de una la piñata, algunos se lanzaron a recoger lo que había, muchos ni se dieron cuenta que la piñata había sido ultrajada de esa forma. Me dio rabia con Sebastián y a la vez risa, y sí la verdad es que me sorprendió. Yo me había comido una anfetamina y tenía un montón de energía. Después de la euforia y de los abrazos embriagados, llegó el momento de hacer cuentas. Habían pagado completo como 80 personas, al final había como unas cien personas. Pagué todo lo que debía y al final me quedaron como 40 mil pesos. Yo estaba tan contento que no me importó. Después de tanto tiempo y energía, me hubiera gustado darle más dinero a los artistas que me ayudaron, al dj también, pero no pude. Me quedé barriendo con toda la energía acumulada. Llegué a casa y solo pude dormir hasta las 11 de la mañana. Contento. Al despertar, después de la euforia, hice mil cuentas y sí, me quedaron como 40 mil. Poco. Muy poco después de tanto. Esperaba conseguir algo de dinero pero nada, no funcionó, pero por lo menos fue divertido.

2 comentarios:

  1. genial, fue todo una sorpresa!
    me hubiera gustado mucho haber estado sorpreseando por ahí...y que sorpresa que sos amigo de Violet, me encanta!!

    quiero uma sorpresa así cuando vaya a Bogotá
    :)

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  2. por sinal, as fotos estão incríveis!

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