esta es mi vida en bogotá, la ciudad de siempre

.

martes, 28 de enero de 2014

Mensajero y la primera RISIS


[Noviembre - Diciembre 2012]

Como otra parte de mi intento por vivir del arte ideo una acción para pagarme el transporte, así cuando uso el metro a diario llevo mensajes en una caja linterna y se los ofrezco a los pasajeros a cambio de la moneda que quieran darme. Son mensajes, en su mayoría verbos en imperativo, que sugieren modos de actuar. Las personas sacan su propio mensaje y hablamos de las posibles interpretaciones. 

Así, a diario, debo interrumpir el silencio del vagón y contarle a la gente que estoy haciendo una investigación sobre intentar vivir del arte y proponerles ese intercambio. No me resulta fácil hacerlo, se convierte en un reto constante, y a la vez me divierte proponerle a la gente cambiar dinero por un papel a modo de oráculo ambulante. Al comienzo lo hago como una acción más anecdótica sin creer que llegará a funcionar, pero cuando me bajo del vagón con dinero en la mano me doy cuenta que si me lo propusiera podría vivir de ello.  

A la vez me pongo en marcha para hacer la segunda edición de 101 soluciones para salir de la crisis y preparo una presentación en Madrid en Embajadores con Provisiones, un centro cultural en Lavapiés. La llamo RISIS e invito a varias personas a que presenten su propia solución en una tarde de farsa y acción. Participan Selina Blasco, María Niki Niraki, Hanne Bleichert, George Hutton, Gloria Durán, Carmen Pérez-Luco, Olalla Gómez, Elisa Fuenzalida, Manu Ezzgraber, Alejandro Simón, Lucía Pérez y Jordan Morton. Yo también hago un discurso donde le cuento a la gente de mi proyecto para erradicar la crisis, que consiste en remplazar en toda ocasión la palabra crisis por risis, y como ritual de iniciación destruimos junto con Olalla una C gigante de cartón.

Sigo de casa en casa, los libros se siguen vendiendo y recupero gran parte de mi gasto en transporte. El plan ya está en marcha mejor de lo que podía esperar. Me sorprenden las ventas, las monedas, el apoyo de la gente. Pero debo parar, tengo que ir a Colombia a dar unos talleres en Casa Tres Patios en Medellín como pago de la beca con la que me vine a España. El 30 de diciembre tomo un avión camino a Bogotá, a mi antigua casa, a mi antigua ciudad de siempre.