esta es mi vida en bogotá, la ciudad de siempre

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domingo, 29 de agosto de 2010

el efecto post - fiesta y el parque interior

Después de la inauguración de la expo, después de esa explosión de energía, después de llegar a casa y dormir satisfecho, el viernes me desperté sin nada que hacer.
Claro, era bueno poder descansar de tanto movimiento pero ¿Cómo no pasar del descanso al aburrimiento? De hecho todos esos eventos que me invento son precisamente para no aburrirme, los necesito para sentir que estoy haciendo algo valioso, me dan energía e intensidad para llevar los días.

Después de una gran fiesta en la cima viene el despertar en el suelo. el cuerpo y la mente, cansadas, halan hacia abajo. Es fácil deprimirse. Éste es el efecto post-fiesta. ¿Y ahora qué? Me pregunté al despertar. Me sentía como en vacaciones sin programar. Me aburría por ratos sin saber qué comenzar. Re desparchado. Traté de comenzar algunos proyectos. Cuando venía de Sopó luego de pasar la noche en una casa en el campo donde unos amigos, me quedé encerrado en un transmilenio por una hora. Un trancón de transmilenios qué terrible. Llegué a la casa sin tener nada que hacer con el animo por el suelo. Al otro día sabía que no podría quedarme en este mismo lugar, así que salí con la bicicleta y fui a un parque cerca de mi casa, el parque del oso, en la suba con 118. Re vacano, solo, como perdido en la mitad de un bosque en la mitad de la ciudad. Me puse a leer y a escribir, me dieron ganas de mover el cuerpo, de estirar, de correr, me cargué de energía muy fácilmente. Me pregunté cómo era posible que después de tanto tiempo yo no fuera consiente que debía, que podía, salir más en cicla, a parques, al aire libre, a correr, me hizo tanto bien. Pensé que todos los días podría tener una rutina así, hacer yoga, ejercitar el cuerpo. Desde hace días he seguido yendo en las mañanas. Ya es un lugar dentro de mi. Encontré el parque interior.

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